Mitad de año, ¿y ahora qué?

Empezó julio y empezamos a recorrer el segundo semestre del año. Si en enero nos pusimos algún objetivo, es un buen momento para revisar cuánto avanzamos hasta acá.

¿Por qué es importante?

Porque no hay objetivo ni plan que tengan sentido si no vamos a medirlo alguna vez. Al final de cuentas, queremos saber si lo que pusimos en práctica sirvió para acercarnos a nuestras metas más importantes. Porque podemos haber cambiado, o nuestras circunstancias, y esos planes y objetivos ya no son relevantes para nosotros. Porque entender a dónde estamos hoy, nos permite poner la dirección hacia dónde queremos llegar mañana.

 

Algunas ideas para ponerlo en práctica

  1. Empezá por tus números. Sí, no es lo más divertido. Por eso, es mejor salir del tema cuanto antes. Entender tus finanzas te permite cuantificar tus resultados y poder tomar las próximas decisiones de manera informada. Acá van algunas preguntas que pueden ayudarte:
    1. ¿Cuánto facturé y cuánto cobré? ¿Estoy conforme con eso? ¿Qué podría hacer para modificarlo?
    2. ¿Cuánto gasté? ¿En qué categorías o rubros gasté más? ¿Quisiera cambiar esa composición de mis gastos?
    3. ¿En qué invertí? ¿Qué resultados obtuve? ¿Hay alguna inversión que necesito hacer para el próximo semestre?
  2. Si descubrís que no tenés mucha idea de todo esto, también es un buen momento para cambiar la situación y empezar a tomar el control de tus finanzas. Este segundo semestre podés empezar a registrar tus gastos y tus ingresos para tener, a fin de año, mucha más visibilidad.
  3. Volvé a tus objetivos de principio de año. ¿Siguen siendo relevantes para vos? Quizás alguno de ellos ya no tiene sentido o necesitás incorporar otro. ¿Fueron realistas? Animate a modificarlos. Ahora sí, ¿cuánto avanzaste? No hagas esto como una instancia de crítica o frustración. Tené en cuenta que en la vida pasan muchas cosas. La idea es entender qué pasó, qué funcionó y qué no.
  4. Para esto, vas a revisar tus planes. ¿Realizaste las acciones que habías planificado? ¿Eran posibles? ¿Cuáles potenciaron tus objetivos y cuáles no? Con estas respuestas, podés ajustar tu plan para que los objetivos que siguen en carrera se encaminen definitivamente.
  5. Te propongo también reflexionar sobre tus emociones. ¿Cómo te sentiste en estos meses? ¿Qué cosas te conectaron con la alegría y cuáles con la tristeza o el miedo? Tener registro de nuestras emociones nos permite comprendernos mejor y descubrir cómo las circunstancias externas influyen en nuestro mundo interior.
    ¿Qué aprendiste de nuevo? Esta es una pregunta que me encanta. Todo el tiempo estamos aprendiendo, pero no siempre lo tenemos presente. Registralo, felicitate. Es un avance, siempre.
  6. Dedicale un momento a la gratitud y al reconocimiento. ¿Qué cosas querés agradecer? ¿Qué personas hicieron estos meses mejores para vos? Y agradecerte, reconocete por todo lo que estás logrando. Seguro lo estás haciendo mejor de lo que crees.

 

Aquí te dejo un archivo descargable para que puedas poner en práctica estas ideas.

Ahora sí, después de esta pausa, a tomar energías y poner en marcha tu plan para el segundo semestre. Ya sabés donde estás hoy. Solo tenés que dar el primer paso.

Deja un comentario

Suscribite a mi newsletter

Escribime

trabajemos juntos