El feedback, o retroalimentación, es una herramienta poderosa en la gestión de personas que permite evaluar y comunicar el rendimiento, conductas y habilidades de los colaboradores. Es el medio más eficaz para guiar a los equipos hacia una mejora continua, aportando claridad y dirección sobre las expectativas y los logros. Sin embargo, dar feedback no siempre es fácil. ¿Por qué?
- Presenta un desafío emocional y relacional, tanto para quien lo da como para quien lo recibe. Suele implicar señalar aspectos que deben mejorar, lo cual puede ser incómodo y, si no se maneja con cuidado, puede afectar la relación y la motivación.
- Ambigüedad o falta de claridad: dar feedback efectivo exige claridad. La ambigüedad en el mensaje puede llevar a confusión y frustración en el receptor, provocando malentendidos o interpretaciones negativas.
- Preocupación por el impacto: aunque la intención siempre es ayudar a mejorar, el mensaje puede percibirse como una crítica personal, especialmente si no está bien formulado.
A pesar de estos desafíos, el feedback es imprescindible para el crecimiento del equipo y para la creación de una cultura de mejora continua. Una buena retroalimentación no solo genera mejores resultados; también fortalece la confianza y el respeto mutuo dentro del equipo.
¿Cuándo es el momento adecuado para dar feedback?
- Inmediatamente después de una situación
Si alguien en tu equipo hace un excelente trabajo o comete un error que puede corregirse, la inmediatez es fundamental. Felicitá o retroalimentá cuanto antes para que el colaborador recuerde claramente la situación y pueda actuar, reforzando lo positivo o rectificando lo necesario.
- En momentos de calma
Durante una crisis o si una persona está alterada, las emociones pueden interferir con la recepción del feedback, logrando el efecto contrario al deseado. Esperar a que las emociones se asienten asegura una conversación más productiva y reflexiva.
- Durante reuniones de seguimiento habituales
Incluir el feedback en espacios regulares, como reuniones semanales o mensuales, ayuda a desarrollar un ambiente de confianza donde las personas esperan y reciben comentarios constructivos. Estas reuniones también permiten al equipo expresar sus preocupaciones y sugerencias, promoviendo un flujo de comunicación saludable. Es necesario tener evitar, sin embargo, que las personas se sientan expuestas frente al resto del equipo, para lo cuál es fundamental desarrollar el contexto de confianza y respeto adecuados.
Hacerlo a tiempo, pero también hacerlo bien
Para que el feedback sea efectivo, no basta con el momento adecuado; también debe estar bien estructurado y ser claro.
- Las cosas como son (o como las vemos)
Es importante ser específico para que el mensaje sea claro y comunique nuestros puntos de vista y necesidades. Mencioná sobre qué tarea o situación estás haciendo el comentario y los puntos específicos de reconocimiento o mejora. Un ejemplo sería: “El informe que preparaste está completo y con información útil. Fue fundamental que lo entregaras a tiempo para permitirme el análisis posterior necesario”. Si necesitás hacer una corrección, enfocate en acciones concretas y posibles mejoras.
- La empatía como pilar fundamental
Comprender las emociones y motivaciones de la persona te ayudará a ajustar el tono y las palabras, logrando que el mensaje sea bien interpretado. En particular, con colaboradores externos, un tono respetuoso y constructivo es esencial para mantener una relación de trabajo saludable.
- Foco en el crecimiento
El objetivo del feedback constructivo es ayudar a crecer. Resaltar solamente las fallas puede ser desmotivador. Por eso es importante ofrecer sugerencias prácticas y específicas sobre cómo mejorar. Esto muestra un interés genuino en el desarrollo de la persona y fortalece la confianza.
- Ofrecé tu apoyo
Los colaboradores deben sentir que estás para ayudar, no para criticar. Podés expresar tu apoyo ofreciendo recursos adicionales o asesoría directa.
- Cerrá con lo positivo
Terminá siempre el feedback destacando fortalezas o aspectos positivos de su trabajo. Esto ayuda a que la conversación no se sienta únicamente como una crítica, sino como una guía hacia el desarrollo profesional.
El feedback como herramienta de empoderamiento
Cuando el feedback es oportuno, claro y respetuoso, se convierte en una herramienta de empoderamiento y crecimiento profesional para el equipo. Además de lograr tus objetivos, fomentarás una cultura de aprendizaje y mejora continua.